Sayari Mati. Facilitadora de tantra, círculos de mujeres, reiki y profesora de yoga
Las relaciones de pareja están cambiando. Las relaciones amorosas, en muchos casos, son temporales. Nos gusta alguien, aprendemos cosas, nos enamoramos, termina el proceso de aprendizaje, hacemos el duelo, sanamos y estamos list@s para una nueva relación.
Cada persona que nos mueve sexualmente viene a mostrarnos una potencialidad nuestra aún dormida en nuestro interior. Es una oportunidad de evolucionar.
Por motivos culturales no está aceptado este fluir en las relaciones y hay una falsa creencia que hace que etiquetemos estas conductas como "miedo al compromiso" y también existe la creencia de que hay alguien llamado "la media naranja" destinad@ a compartir todo el camino durante toda la Vida.
Algunas personas se están cuestionando todas estas creencias y así como en el siglo pasado no se aceptaba la homosexualidad, se veía como algo a sanar, algo enfermizo, en este siglo estamos haciendo lo propio caminando hacia una nueva diversidad relacional sexual.
Algunas personas se definen monógamas, otras poliamorosas y otro gran grupo pasa por ambas en diferentes momentos de su vida o según la persona con la que se están relacionando.
Algunas personas deciden apostar por la relación de pareja comprometida y monógama (el formato más común). Mientras que otra forma de relacionarse es la pareja comprometida y al mismo tiempo abierta a terceras personas con todos los formatos imaginables: escarceos sólo cuando un@ de ell@s sale de viaje, tríos, intercambios de pareja...
También hay personas que fluyen dentro de la relación con una misma persona, pasando en ocasiones de una relación monógama a otra fase más poliamorosa o incluso pasando por fases afectivas que van desde ser solo amig@s a compartir sexualidad y tener vínculo sexoafectivo según van sintiendo.
La sexualidad tántrica mueve energía sexual, amorosa y espiritual, así que cuando se practica entre más de dos personas generamos aún más energía, la cual expandimos en meditación hacia un propósito más elevado, por ejemplo amor hacia todos los seres.
Y esto no ha hecho más que empezar. Estamos dando los primeros pasos hacia un lugar que cuestiona todo el sistema de creencias en torno al sistema familiar nuclear y modelos de relación.
No hay un formato que esté bien ni otro que esté mal. Toda la diversidad es bien recibida. Son más colores a agregar a la paleta de la vida.
Lo realmente importante es saber que existe toda esta diversidad y que seguimos explorando.
Lo más importante: desde dónde se está experimentando toda esta variedad.
Por ejemplo, atreverse a permanecer en una pareja en exclusiva ofrece múltiples ventajas para trabajarse ciertas cosas, al tiempo que brinda una zona de confort necesaria en ocasiones. Por contrapartida puede parecer limitante y si aparecen sentimientos hacia otras personas, puede suponer el fin de la relación.
Y por otro lado, atreverse a una libertad afectivosexual con la pareja es salir de la zona de confort y una buena forma de crecer, de liberarse de condicionamientos y de trabajarse los miedos. Puede ser muy terapéutico y en ocasiones ayuda a la pareja a restablecer el vínculo, a compartir más cosas y a abrir aún más el corazón.
Un lugar completamente erróneo desde el que abordar el poliamor sería desde la lujuria, desde los miedos, desde los condicionamientos, patrones de libertinaje, inercias, tendencias, complacer, acceder por miedo a perder a la pareja...
Invito a revisar una y otra vez desde dónde nos estamos relacionando cuando lo hacemos con una o más de una persona. ¿Realmente nos estamos entregando completamente para ponerle el broche de oro a un acto de amor? ¿Estamos siendo libres? ¿Estamos fluyendo con el momento presente? ¿O nos estamos dejando llevar por patrones insanos?
Si te encuentras ante un dilema de este tipo, quiero decirte que estos procesos los atendemos algunos terapeutas y que forman parte de nuestra evolución.
L@s terapeutas tántric@s también acompañamos a las parejas monógamas, normalmente después del periodo de habituamiento, que es cuando la energía sexual en la pareja disminuye de forma natural. Esto suele suceder normalmente dos o tres años después de iniciar la relación. Les facilitamos herramientas para poder seguir disfrutando de la sexualidad en exclusiva.
Todo esto que está sucediendo nos lleva a abrir nuestra mente a otras formas de sentir, a ver que hay necesidades que se están cubriendo y que la vida es plástica y cambiante, y con ella, también nuestras necesidades afectivas y sexuales.
Es normal cuestionarnos qué es lo que realmente deseamos en cada etapa de nuestras vidas y con cada persona con la que nos relacionamos y, además, atrevernos a vivirlo.
Ahora es el momento de ser valientes y estar dispuest@s a sentir y actuar en consecuencia.
Próximos talleres: "Mujer Salvaje · Mujer Sagrada", 10 y 11 de noviembre.
"Tantra para todos", 8 de diciembre.
Más info en www.sayarimati.com, Tlf. y Whatsapp (34) 722 543 084, 658 495 786.