Bibiana Ripol
-¿Vivir desde el amor o desde el miedo?
–Sin lugar a dudas, prefiero vivir desde el amor. Cuando vivía desde el miedo, lo único que me aportaba era ansiedad, obsesión por la comida, antojos, hambre emocional, adicciones, apegos, ataques de pánico, relaciones tóxicas con los demás y conmigo misma, pensamientos negativos, creencias limitantes, sentimiento de culpabilidad constante, estrés, agobio... En cambio, cuando empecé a vivir desde el amor, logré ver las situaciones y acontecimientos desde la gratitud. Aceptándome con mis luces y mis sombras, aprendí a disfrutar de relaciones sanas con los demás y conmigo misma. Ahora tengo pensamientos positivos, me observo con curiosidad en vez de hacerlo con juicio y crítica autodestructiva, soy amable conmigo misma y los demás, soy más tolerante y flexible y ya no sufro de ansiedad ni sentimientos de culpa constantes.
-Según el título de su libro “Aprende a vivir, aprende a comer”, ambos aspectos están estrechamente relacionados.
-Para mí el bienestar emocional, mental, espiritual, así como la alimentación y las digestiones van de la mano. Por un lado, los intestinos son nuestro segundo cerebro y, por lo tanto, si tenemos desajustes intestinales estas emociones, nuestros pensamientos o nuestras creencias son negativas y limitantes, nuestra microbiota –flora intestinal– también se desajusta, dando lugar a una gran variedad de síntomas físicos, como malas digestiones, gases, hinchazón, acidez, migrañas, alergias, acné, dolores, tensión muscular, diarreas y/o estreñimiento, colon irritable, etcétera.
Por otro lado, una persona que coma alimentos saludables, energéticos y nutritivos sanará más rápida y fácilmente sus emociones. Porque si nos amamos, queremos, aceptamos y respetamos, todo lo otro fluye: ingerimos alimentos beneficiosos, nos apetece movernos, nos relacionamos con gente que está con esta misma energía, conseguimos el trabajo que se ajusta a nuestra manera de ser y estamos agradecidos y en paz con la vida.
-¿Son las heridas de la infancia las que le llevaron, en parte, a sus trastornos alimenticios?
-No veo la vida desde las gafas de la culpa ni de la causa-efecto. Interpreto, observo y analizo los acontecimientos como hechos inevitables que tienen que ocurrir. Desde que dejé de buscar culpables y me centré en el autoconocimiento, me di cuenta de que de todo lo que me ha ocurrido no cambiaría nada, pues ha forjado mi personalidad.
-¿Cómo consiguió superar sus adicciones?
-Con muchísimos años de terapia con una psicóloga y, más adelante, con una terapeuta. La misma energía tan potente que usé para autodestruirme, después la utilicé para no rendirme e ir hasta el final en la búsqueda de la transformación para alcanzar el bienestar. Lo pude superar porque toqué fondo. Llegó un momento en el que las adicciones ya no me aportaban ningún beneficio, no me evadían de la realidad, no me divertían ni me hacían sentir bienestar, únicamente conseguían que me encerrase aún más en mí misma y que mi cuerpo se resintiese. Ahora soy consciente de que sufría también adicciones por todas las heridas que llevaba dentro, por el miedo tan grande que tenía a vivir, a sufrir, a ser abandonada, a ser rechazada, por no creerme merecedora de vivir ni de brillar. Pero cuando empecé a vivir desde el amor me di cuenta de que soy muy independiente y amante de la libertad. En mi nueva manera de vivir, libre y desapegada, las adicciones desaparecieron.
-¿Cuál es el estilo de vida llamado SEN que propone?
-Es un estilo de vida basado en el autoconocimiento, la bioindividualidad, la aceptación de uno mismo y el vivir acorde con quienes somos. Para conseguir el bienestar y ser felices hay 12 áreas fundamentales: la alimentación (saludable, energética y nutritiva), el deporte, la salud, las emociones, la naturaleza, las relaciones, el tiempo, el trabajo, el dinero, el desarrollo, el autoconocimiento y el propósito. Cada área mencionada se vive diferente dependiendo de quién eres. Es importante, entonces, que cada persona observe estas 12 áreas de su vida y las analice sin juicio ni culpa, sólo con curiosidad y amabilidad. Es importante cuidarlas para vivir y comer de manera flexible, intuitiva, alegre y sin estrés.
-Con su dieta actual sus familiares llegaron a pensar que sufría ortorexia. ¿Cómo les explicó que no era así?
-Al principio tenían miedo porque desconocían lo que estaba haciendo, ya que emprendí el camino de mi transformación sola, sin pedirles su apoyo ni aprobación. El miedo les duró poco porque supe transmitirles mi seguridad, no reaccioné a la defensiva ni atacando cuando cuestionaron mi decisión. Lo que hice fue darles más amor, abrazar su miedo y decirles que estaba muy segura de lo que estaba haciendo, que por primera vez en mi vida no contaba calorías y que, emocionalmente, me sentía realmente feliz por primera vez en mi vida. Al poco tiempo mi madre se puso enferma y fui yo quien la cuidé con los conocimientos que estaba aprendiendo y con la ayuda de un grandísimo profesional. No sólo mi madre se curó gracias al tratamiento y la alimentación, sino que uno de mis hermanos quiso empezar a comer lo mismo que nosotras porque le gustaba el aspecto de nuestros platos, y notó los beneficios físicos, emocionales y mentales de este tipo de alimentación. Dejó de fumar sin sufrir ansiedad –lo mismo que me había pasado a mí–, perdió peso –en ese momento lo necesitaba– sin pasar hambre, iba de vientre cada día y estaba radiante.
-¿Exponer su vulnerabilidad en un libro no le asusta?
-No, no me asusta en absoluto. Creo que lo que nos hace enfermar son las capas de protección y las máscaras que nos vamos poniendo por miedo a no gustar y a ser heridos. Pero lo que ocurre al hacer esto es que el ego se apodera de nosotros y perdemos nuestra esencia y, por lo tanto, nuestra capacidad de vivir desde el amor. Y como te decía, yo ahora prefiero vivir desde el amor, desde mi esencia.
-¿Ha conseguido ayudar a gente con problemas emocionales similares a los que sufriste?
-Me emocionan los correos electrónicos que recibo de agradecimiento. Me hace muy feliz ser una pieza más en el camino de recuperación o cambio de hábitos de una persona. Como más me gusta ayudar es con programas online donde doy apoyo y consejos útiles, también recomiendo psicólogos, nutricionistas, terapeutas, psiconeuroinmunólogos u otros profesionales.
-¿Cuál es el objetivo primordial de este libro?
-Uno de los objetivos es, precisamente, dar respuesta a muchos de los correos electrónicos que recibo preguntándome qué es lo que he hecho yo para superar los trastornos de alimentación, los desajustes hormonales, los problemas digestivos, las adicciones y la ansiedad. Como me veía incapaz de resumir todos los años de terapias en un correo, decidí explicarlo todo en un libro y, de esta manera, dar una respuesta realmente útil. Mientras escribía me di cuenta de que para mí también estaba siendo un viaje hacia dentro, catártico y muy liberador.
Otros tres objetivos, igual de importantes para mí, son dar a conocer mi punto de vista sobre los trastornos de alimentación, las adicciones, los apegos y la codependencia emocional; decir bien claro que sí es posible soltar y dejar en el pasado por completo los trastornos de alimentación. Y, por último, transmitir la fuerza de mi mensaje a personas que estén sufriendo para que se empoderen y no se crean que su malestar es algo crónico, para toda la vida. Se necesita ayuda, y muchísima, pero se puede.