Quién es
Experto en educación emocional, formador, autor y creador del método DEEP, Desbloqueo Energético Emocional Profundo, Jaume Campos también es profesor de yoga, quiromasajista terapéutico, quiropráctico, kinesiólogo (formado por los mejores expertos americanos como Sheldon Deal, Warren Jacobs y Dr. John Diamon), pionero en España en utilizar el par biomagnético del doctor Isaac Goiz. Su trayectoria es básicamente empírica y vivencial. Durante sus treinta años de trayectoria profesional ha tratado a más de ocho mil personas en España, EE.UU., México, Canadá, así como en diferentes países a través de las sesiones a distancia realizadas con la técnica de kinesiología del sustituto. En 1987 funda el centro de terapias naturales Espai d'Harmonització Energètica y en 2014 el Instituto THB para la investigación educativa. Contacto: www.institutothb.org
Aurelio Álvarez Cortez
-Jaume, en época de cambios o cambio de época, como algunos afirman, propones una revolución emocional.
-La gran revolución del ser humano no es tanto encontrar técnica o método alguno, incluso el mío. Sinceramente siento que la cuenta pendiente que tenemos es la personalidad, no la espiritualidad. La espiritualidad es una consecuencia del equilibrio de la personalidad. Es decir, ponerte a meditar es un poco absurdo cuando no sabes conectar con tu madre ni contigo mismo, o tu adulto con tu niño, tu consciente con tu inconsciente, o gestionar una mínima emoción.
-Primero planteas resolver el tema de la personalidad y luego el de la espiritualidad.
-Es cierto que existen muchas realidades, pero la personalidad es básica antes de querer conectar con otras diferentes o con otros estados o planos. A nivel de la personalidad la realidad es el equilibrio del consciente con el inconsciente.
-Como humanos, ¿primeramente somos seres emocionales antes que racionales?
-La esencia del ser humano es su inconsciente. La conciencia es un mecanismo que hemos ido adquiriendo para poder sobrevivir frente al miedo, la inseguridad, la fragilidad. Se genera una estructura y se justifican nuestras reacciones porque nos asustan y sentimos que estamos perdiendo el control. Pero no podemos hacer desde la mente una pregunta emocional, porque no existe una respuesta mental para una emoción o un sentimiento.
-Se establece algo así como un círculo vicioso entre el pensamiento y la emoción.
-Es la Matrix, la desconexión de la conciencia. Al nacer, la conciencia está en un pequeño rincón, como decía Antonio Blay. Tú conectas con el exterior y, como se ha transmitido así desde siempre, de generación en generación, crees que el exterior debe darte la felicidad. Entonces haces lo que sea, eres rebelde o sumiso en la medida en que interactúas con tu madre, tu padre o el mundo exterior, esperando de alguna forma una respuesta. Pero nadie te enseña a reconocer tu interior.
-Y vamos forjando una cierta identificación con las emociones…
-Vamos creando un código. Por eso a los alumnos de mi formación les digo “tenéis que aprender el código del otro”. Si te aferras al tuyo, crees que tú tienes el correcto y el otro no. Cuando lo entiendes, es mucho más fácil acceder al consultante. Mi trabajo es descubrir cuál es su propia necesidad, para eso hay que ser neutral. Un buen profesional deberá ser capaz de estar desidentificado de sí mismo para lograr conectar con el consultante.
-¿De qué forma logras restablecer ese equilibrio de la personalidad que antes mencionabas?
-A través de la educación emocional, con acompañamiento profesional si se requiere, que es la base para la liberación de los conflictos y cargas emocionales adquiridos, heredados o creados a lo largo de nuestra vida. Es fundamental recuperar la relación con nuestro niño interior. Cuando empiezo a crear un diálogo con ese niño interior mi forma de actuar ante las situaciones, las respuestas y mi reacción frente a los estímulos externos me van ayudando a entenderme emocionalmente y voy aprendiendo de mi niño y de mi adulto. Empiezo a conectar ambos (mi adulto con mi niño), de modo que pueda relacionarme emocionalmente con esa parte mía que fui alejando porque los bombardeos sociales, a través de la educación, los medios, la televisión, etcétera, van en dirección de la mente.
-El gran cambio en tu vida fue conocer a Antonio Blay y su trabajo, según sueles comentar.
-A los 15 años besé a mi padre fallecido y me quedaron varias secuelas emocionales como la sensación de tener los labios fríos, tenía miedo de besar a las chicas porque creía que les transmitiría ese frío. Busqué ayuda terapéutica, pero nadie conseguía ayudarme y comencé a sufrir terribles migrañas. Fui a un curso de Psicología de la Autorrealización de Antonio Blay Fontcuberta, quien me dijo: "Olvídate de los labios fríos, tienes que relacionarte con tu niño”. Para mí lo más fascinante de Blay es que daba todos los pasos hacia esa liberación. Explicaba el niño, el adulto, la conexión y cómo realizar los ejercicios para ir paso a paso. Ese espacio del camino lo construyó Blay. Fue el primero y que yo conozca, el único en hacerlo de forma tan cercana y asequible para todos nosotros.
-Mencionabas a la Matrix. En ese mundo etiquetamos a las emociones como “buenas” y “malas”. ¿Tú cómo las ves?
-La dualidad ya no tiene sentido porque la clave está en el aprendizaje. Si consigues que algo te salga bien y no sabes cómo lo lograste, no has aprendido nada y la próxima vez estarás igual de verde, inmaduro e ignorante. Como dice la canción de Joan Manuel Serrat: “… nos despertamos sin saber qué pasa, chupando un palo sentados sobre una calabaza”.
-Dices que tu trabajo ya no trata de ayudar al otro sino compartir algo con el otro.
-Sí, ¿y sabes cómo aprendí cuál es la máxima capacidad para compartir algo con el otro? Cuando aprendí a separar las sensaciones que eran suyas y simplemente sentir al otro. Hace muchos años me di cuenta de que todo proceso realmente profundo viene del inconsciente del profesional y del consultante. Si el consultante cuando conecta su inconsciente nota que el profesional está en ese estado, su niño cede y permite acceder, abrirse, porque se apoya en él.
-¿Cómo definirías a la intuición?
-La intuición es la mejor forma de encontrar la respuesta que buscas a cualquier pregunta. En el colegio enseñan que la línea más corta entre dos puntos es la línea recta, para mí la distancia más corta entre dos puntos es la intuición. Te lleva dónde quieres llegar de la forma más rápida posible. Es el principio de la percepción fuera de los estados conscientes, a través de ella te conectas con una red de información, como una especie de internet, con una parte mucho más amplia que es el inconsciente personal y el colectivo. Todo lo que he aprendido y experimentado desde un pequeño pueblo como Bétera, el desarrollo de la educación emocional y el método DEEP, Desbloqueo Energético Emocional Profundo, todo lo he hecho de una forma muy intuitiva.
-¿Qué hay más allá de la intuición?
-La conexión y la sintonización o conexión continua. Hace 17 años que tengo amistad con el lama Phuntso, de Bután, y realizo un trabajo del Budamenla (Buda de la Medicina) y también en ocasiones viene a mi centro para dar enseñanzas o impartir, como en abril que lo hará nuevamente. Él está en ese estado de conexión continua, donde puedes percibir más ampliamente y todo se lentifica.
-Explica de qué modo tratas el bloqueo emocional.
-Hay una parte que la persona puede liberar por ella misma, y es lo que les enseño con la educación emocional, tanto en mi libro "Educación Emocional. El principio del cambio" como en el Taller de Educación Emocional en dos niveles, del Instituto THB, que se puede realizar online. Pero cuando la persona tiene bloqueos muy fuertes puede necesitar la ayuda de un profesional y yo lo hago a través del método DEEP, utilizando técnicas como la kinesiología y las flores de Bach. Yo conecto con mi niño y me conecto con el niño de los demás. Les digo dónde están sus sensaciones, qué les están indicando y cómo puedo ayudarles a que sean ellos mismos. Lo sé porque a través de los años he montado una biblioteca de sensaciones, así como se puede hacer con libros o cuadros, y las conozco muy bien.
-Estás siempre destapando la caja de Pandora. El papel del terapeuta debe ser muy contenedor.
-Por eso es importante que el terapeuta se trabaje, porque si su niño tiene miedo, el niño del consultante conectará con esa emoción y bloqueará el sistema. Conseguirá pequeños resultados, pero no una evolución personal. El problema del ser humano en este momento, la revolución emocional que necesita, es tener una educación que permita gestionar las emociones para limpiar el cristal y ver perfectamente lo que hay detrás, de forma que te permita ser tú mismo.
-En términos de tiempo, ¿cuánto dura la terapia habitualmente?
-Es un proceso de cuatro o cinco sesiones de aproximadamente una hora de duración cada una de ellas, pero depende de cada persona, de su edad, de su madurez emocional.... Yo llamo velocidad de asimilación a ese tiempo que cada persona necesita. Hay quienes precisan mucho tiempo, unos avanzan y otros no tanto, pero en una sesión el cambio es increíble por una conexión muy directa.
-¿Cómo desarrollas tu trabajo actualmente, luego de tres décadas de experiencias?
-Actualmente puedo acompañar en su evolución a más personas realizando la difusión de la educación emocional que promuevo en libros y talleres, es la base de todo, ya que potencia la conexión con nuestro niño interior y esa es la llave que permite el cambio. Las personas que previamente han realizado ese trabajo necesitan menos sesiones del método DEEP y es por ello que hasta hace tres años atendía diez consultantes por día, ahora son seis y no todos los días. Me dedico más a difundir lo que hago, que la gente conozca el DEEP, que cualquier terapeuta, sea el que sea, se dé cuenta de la importancia de reconocerse a sí mismo. Es cierto que a algunos no les gusta y les da miedo, pero la gente debe tener la opción y es imprescindible dar a conocer el método, ponerlo sobre la mesa y que ellos elijan. Un amigo muy querido a quien considero mi hermano, el presidente del colegio de psicólogos de Chihuahua, México, Roberto Javier Contreras, me dijo hace unos años que lo que había descubierto no era para mí y que debía darlo al mundo y realmente siento que es así.
-¿En tu último libro cuentas todo esto y algo más?
-Expongo parte de lo que hablamos, porque también ahora hemos hecho, como ya he comentado, un taller de educación emocional online desde nuestra plataforma, que va desde la sensación hasta la liberación del conflicto. Tanto el libro como el taller ofrecen los recursos que la persona necesita para llegar al autodescubrimiento. El libro empieza a desgranar y descubrir todo lo que no somos y a través de sencillos ejercicios acompaña a la persona a llegar a la conexión con su niño interior. Me dedico a escarbar dentro de la arena y sacar el huevo kínder de sorpresa emocional que hay dentro.
-Cuando atravesamos el miedo que nos impide avanzar, sentir, expresarnos, descubrimos que en verdad lo que había era puro humo.
-Así es. Cuando cité el ejemplo del problema que tuve de los labios fríos fue el principio de una experiencia que me llevaría por estos caminos. Pese a que yo siempre lo sentía como un muro, cuando empecé a realizar el trabajo con Blay me di cuenta de que era una cortina, y la aparté.
-Ser uno mismo es…
-La capacidad a nivel de la personalidad de haberse desidentificado de lo que hemos heredado, adquirido e interpretado, y haber aprendido de ello. Si una persona quiere relajarse porque se siente nerviosa no debe intentar estar relajada, sino partir del propio nerviosismo y gestionarlo. Cuando alguien entra en el bucle de sentir ansiedad se queda con ella y no hace nada más, pero hay que considerar a la ansiedad como el mejor aliado. ¿Cómo? Cuando tú tienes ansiedad, ¿quién siente?, ¿tu adulto? No, es tu niño quien tiene ansiedad. Existe la oportunidad de conectar con él, ver en qué zona del cuerpo la sientes: en el estómago es la incapacidad de actuar; en el pecho, la afectividad; en la garganta, la expresión y comunicación… Accede a ese punto, y desde la sensación pasarás a la emoción, de la emoción al sentimiento y del sentimiento vendrá una imagen. Quizá sea una imagen tuya de pequeño en la cual tu madre o tu padre te deja solo, y sientes angustia. Conectarás con esa angustia y tu adulto se acercará al niño, te darás la oportunidad de aprender de ello sin negar nada, conectarás con el niño y le darás el cariño y ternura que necesitaba en ese momento. Le dirás al oído: “Estoy aquí, te he encontrado y quiero compartir mi vida contigo”.
-Recuerdo una frase que decía “ten una actitud maternal ante la emoción para evitar su rechazo”.
-Preciosa frase. Te puedo comentar que en el símbolo de nuestro Instituto Internacional de Terapia Holística Biofísica, o Instituto THB, debajo del nudo tibetano del infinito hay una mecedora. Para mí no hay nada que inspire un sentimiento más maternal.
¡Coge a tu niño y siéntalo encima! Me gusta imaginar que fuera algo habitual que a todas las embarazadas se les regalara una mecedora e incluso que lo hiciera el propio estado como algo básico, como el derecho a tener seguridad social, y que quedara en la casa como símbolo de ese amor maternal hacia nosotros mismos.
Fotos: gentileza Juan Padilla, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.